El hecho de que algunos equipos ofrezcan el oro y el moro a jugadores para ser fichados, mientras que otros mirando por sus cuentas no se quieran endeudar desvirtúa la competcición. Eso sí, aunque los culpables son las directivas de los primeros, parte de responsabilidad también la tienen jugadores y representantes, que aceptan contratos que saben que son difíciles de cumplir por su alto coste, y luego ha realizar encierros en navidad y demás, en vez de apostar por las garantías de cobro. Los más veteranos recordarán al antiguo presidente de Osasuna Don Fermín Ezcurra, que se quejaba de aquel Plan de Saneamiento que hubo en primera división. Con este plan se repartían millones y millones de pesetas a los clubes que tenía pérdidas al final del ejercicio, pero como Osasuna cuadraba las cuentas, no tenía desfase económico sino más bien al contrario cuando vendía jugadores a Barcelona, Athletic de Bilbao o Atlético de Madrid, el club navarro no recibía ni una peseta, a lo que el Sr. Ezcurra siempre decía "se premia al derrochador y no a la buena gestión". La marcha de jugadores en Segunda B a entidades recién ascendidas a la categoría por 6 o 7 mil euros más pero sin garantías de cobro, hace que un equipo le quite efectivos a los demás pero qué pasa si no cobran los deportistas y no se consigue el ascenso, porque cosas como lo de este año del Girona no pasan todos los años, y entonces aparecen los MIAPESTAS de turno. Qué razón tenía Sr. Ezcurra. Adios Juan Carlos.
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